Se debe definir una estrategia de presencia en las plataformas sociales que permita a la compañía aprovechar este nuevo canal de comunicación. Participar en las redes sociales no significa abrir un perfil en Facebook o crear una cuenta de Twitter, sin planificación el esfuerzo no reportará ningún beneficio, sino todo lo contrario dañará la imagen de la empresa, ya que los seguidores o fans se sentirán decepcionados con la marca.
Los pasos básicos a trazar este plan estratégico de participación en las redes sociales serían los siguientes:
- Definir los objetivos: argumentar por que la empresa quiere estar presente en las redes sociales. Estos objetivos deben ser cuantitativos, cualitativos, alcanzables y que puedan ser medidos. Inicialmente es recomendable plantearse ciertos objetivos que pueden ir modificándose una vez la compañía vaya consolidándose en las plataformas sociales. Estos por ejemplo pueden ser: mejorar el branding y conseguir posicionarnos mejor la competencia, buscar una relación y comunicación más estrecha con los clientes actuales y los potenciales.
- Definir la situación: conocer todo lo referente a nuestra marca internamente (empresa, producto…) y también referente a nuestros competidores. Se debe conocer dónde está la empresa y dónde quiere posicionarse. Definir y conocer el posicionamiento es clave para que el público objetivo conecte con nuestro mensaje. Hemos de realizar un análisis DAFO estratégico de la compañía, así como del entorno, es decir, el sector, la competencia. Hemos de saber claramente en que punto nos encontramos y hacia donde queremos ir, teniendo en cuenta las amenazas, debilidades, fortalezas y oportunidades, tanto endógenas como exógenas.
- Definir el target: determinar cuál es nuestro público objetivo hacia el que vamos a orientar nuestra comunicación. Las redes sociales ofrecen una facilidad de segmentación ya que nuestros seguidores ya nos ofrecen esa información; las redes sociales son una potente herramienta de micro-segmentación.
- Definir la estrategia y determinar las herramientas de difusión: una vez realizados los pasos anteriores ya nos encontramos en disposición de desarrollar una estrategia y escoger las herramientas que más se adapten al negocio.
- Crear un plan de reputación on-line: definir un protocolo de actuación para prevenir una crisis de reputación on-line. En caso de encontrar comentarios negativos, definir como se va a actuar y que medidas se van a tomar para responder y en que modo se va a realizar.
- Timing y presupuesto: estimar un calendario con las fechas para cumplir cada fase del plan, así como la posterior medición de los resultados y saber con que presupuesto vamos a contar para realizar todas las tareas.
- Medición de los resultados: en el plan de marketing para las redes sociales, incluiremos distintos indicadores que nos señalarán si la estrategia aplicada ha sido la adecuada o si por lo contrario debemos replantearla porque no se han conseguido los resultados deseados. Para medir los resultados que nos permitan calcular el ROI, se pueden utilizar infinidad de indicadores según los objetivos que nos hayamos planteado inicialmente. Algunos de ellos podrían ser: número de visitas mensuales a la web corporativa proveniente de las redes sociales, porcentaje de nuevos seguidores en determinadas redes sociales e impacto de esta estadística en el volumen de negocio, número de menciones a nuestra marca, número de personas que han participado en un evento anunciado a través de las redes, número de resoluciones de dudas de los clientes...
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